En el estudio del lenguaje, es fundamental entender cómo se estructuran las oraciones y cómo se distribuyen los roles de los sujetos y objetos. Uno de los conceptos clave en gramática es el de las vozes verbal, específicamente la voz activa y la voz pasiva. Estas dos formas permiten expresar la misma idea de distintas maneras, enfocando la atención en diferentes elementos de la oración. En este artículo, exploraremos en profundidad qué significa cada una, cómo se usan, y cuándo es más adecuado aplicar una u otra.
¿Qué es la voz pasiva y activa concepto?
La voz activa es aquella en la que el sujeto realiza la acción y el verbo está conjugado en forma activa. Por ejemplo, en la oración El perro ladra, el sujeto es el perro y el verbo ladra está en voz activa. En este caso, el perro es quien ejecuta la acción.
Por otro lado, la voz pasiva se utiliza cuando el sujeto de la oración recibe la acción, es decir, cuando la acción se le hace al sujeto. En la voz pasiva, el sujeto está pasivo, recibiendo la acción que es ejecutada por un objeto introducido con la preposición por. Un ejemplo clásico sería: La puerta fue abierta por el niño. Aquí, la puerta es el sujeto que recibe la acción, y el niño es quien la ejecuta.
En resumen, la voz activa presenta al sujeto como el agente de la acción, mientras que en la pasiva, el sujeto se convierte en el receptor de la acción. Ambas voces son herramientas gramaticales que ofrecen flexibilidad al momento de comunicar ideas.
Un dato interesante es que el uso de la voz pasiva ha evolucionado a lo largo de la historia. En latín, por ejemplo, la voz pasiva era muy común y se usaba incluso cuando el agente de la acción no se conocía. En el español moderno, la voz pasiva se usa con menos frecuencia que en el latín, pero sigue siendo una herramienta útil en ciertos contextos, especialmente en textos formales o científicos donde se prefiere destacar el objeto de la acción.
La importancia de entender las estructuras verbales
Comprender las diferencias entre la voz activa y la pasiva no solo es útil para escribir correctamente, sino también para mejorar la claridad y la precisión en la comunicación. En la voz activa, el mensaje es directo y el sujeto claramente identificado. Esto facilita la comprensión, especialmente en textos periodísticos, narrativos o expositivos.
En cambio, la voz pasiva puede ser útil cuando se quiere ocultar o minimizar la importancia del sujeto que realiza la acción. Por ejemplo, en anuncios oficiales o informes legales, es común usar la voz pasiva para evitar señalar directamente a una persona o entidad como responsable de una acción. Un ejemplo sería: La decisión fue tomada por el consejo directivo, en lugar de El consejo directivo tomó la decisión.
Además, la voz pasiva puede ayudar a variar el estilo de escritura, evitando la repetición constante de ciertos sujetos. Esto resulta especialmente útil en textos largos o en discursos formales donde se busca mantener un tono neutro y profesional. No obstante, su uso excesivo puede dificultar la comprensión, ya que puede hacer que las oraciones se sientan más complejas o menos dinámicas.
Diferencias sutiles entre ambos usos
Una de las principales diferencias entre la voz activa y la pasiva es el rol que juega el sujeto. En la voz activa, el sujeto actúa sobre el objeto, mientras que en la pasiva, el sujeto recibe la acción y el objeto (quien la ejecuta) se introduce con la preposición por. Esta diferencia no solo afecta la estructura de la oración, sino también la manera en que se percibe la información.
Otra distinción importante es el uso del verbo. En la voz activa, el verbo se conjuga según el número y persona del sujeto. En la pasiva, el verbo se conjuga en tercera persona del singular o plural, seguido de un participio. Por ejemplo: El gato persigue al ratón (voz activa) vs. El ratón es perseguido por el gato (voz pasiva).
También es relevante señalar que no todas las oraciones pueden convertirse fácilmente de una voz a otra. Algunas oraciones no admiten voz pasiva porque carecen de un sujeto claro o porque el verbo no es transitivo. Por ejemplo, no se puede aplicar la voz pasiva a una oración como Ella corre, ya que no hay un objeto sobre el cual se realice la acción.
Ejemplos de uso de voz activa y pasiva
Para comprender mejor cómo funcionan estas voces, es útil analizar ejemplos concretos:
- Voz activa: El chef prepara la cena.
- Voz pasiva: La cena es preparada por el chef.
- Voz activa: Los estudiantes resolvieron el examen.
- Voz pasiva: El examen fue resuelto por los estudiantes.
- Voz activa: El programador escribió el código.
- Voz pasiva: El código fue escrito por el programador.
En estos ejemplos, se puede observar cómo se mantiene la misma idea, pero el enfoque cambia. En la voz activa, se resalta quien realiza la acción, mientras que en la pasiva, se resalta lo que se hace.
Es importante notar que, en la voz pasiva, el sujeto puede omitirse si no es relevante o si se quiere mantener un tono impersonal. Por ejemplo: El edificio fue construido en 1980 no requiere mencionar a quién lo construyó, ya que el enfoque está en el edificio y su fecha de construcción.
El concepto de transformación entre voces
El proceso de convertir una oración de voz activa a pasiva se conoce como transformación pasiva. Este proceso implica varios pasos gramaticales:
- El sujeto activo se convierte en complemento introducido por por.
- El objeto directo de la voz activa pasa a ser el sujeto de la voz pasiva.
- El verbo se transforma en un verbo auxiliar + participio.
Por ejemplo, en la oración activa El niño escribió una carta, la transformación a voz pasiva sería:
- Sujeto activo: El niño → complemento introducido por por.
- Objeto directo: Una carta → sujeto de la pasiva.
- Verbo: Escribió → es escrito (verbo auxiliar ser + participio escrito).
Resulta: Una carta fue escrita por el niño.
Este proceso puede aplicarse a cualquier oración que tenga un sujeto y un objeto directo, siempre que el verbo sea transitivo. Si el verbo es intransitivo, como en El perro corre, no se puede aplicar la voz pasiva, ya que no hay un objeto sobre el cual actuar.
Recopilación de oraciones en voz activa y pasiva
A continuación, se presenta una lista de oraciones en voz activa y sus equivalentes en voz pasiva para facilitar el aprendizaje y la práctica:
| Voz Activa | Voz Pasiva |
|————|————-|
| El pintor creó una obra maestra. | Una obra maestra fue creada por el pintor. |
| Los ingenieros construyeron el puente. | El puente fue construido por los ingenieros. |
| El profesor explicó la teoría. | La teoría fue explicada por el profesor. |
| La empresa lanzó un nuevo producto. | Un nuevo producto fue lanzado por la empresa. |
| El abogado defendió al acusado. | El acusado fue defendido por el abogado. |
Estas oraciones ilustran cómo se mantiene el mismo significado al cambiar de voz activa a pasiva. También muestran cómo se reorganizan los elementos de la oración para adaptarse a la nueva estructura.
Aplicaciones en contextos formales e informales
En contextos formales, como los documentos oficiales, informes científicos o textos académicos, la voz pasiva es muy común. Esto se debe a que permite mantener un tono objetivo y neutral, centrando la atención en los hechos o en lo que se está estudiando, más que en quién lo hace. Por ejemplo, en un informe médico, se puede leer: El paciente fue sometido a una cirugía, en lugar de El cirujano sometió al paciente a una cirugía.
En contextos informales, como conversaciones cotidianas o narrativas, la voz activa predomina. Esto se debe a que es más directa y facilita la comprensión. Por ejemplo, en una conversación: Mi hermana terminó su tarea, es más claro y natural que decir: La tarea fue terminada por mi hermana.
El uso de una u otra voz depende, entonces, del propósito del mensaje, del público al que se dirige y del estilo que se busca transmitir. En la escritura creativa, por ejemplo, el autor puede alternar entre ambas voces para crear variación y mantener el interés del lector.
¿Para qué sirve la voz activa y la pasiva?
La voz activa sirve para clarificar quién realiza una acción, lo cual es esencial en la narración, la descripción y la exposición. Su uso hace que el texto sea más directo y dinámico, lo que es ideal para contar historias, explicar procesos o describir eventos.
Por otro lado, la voz pasiva es útil cuando el sujeto que ejecuta la acción no es relevante o cuando se quiere evitar mencionarlo. Esto puede ser útil en contextos donde se busca mantener un tono impersonal o cuando el sujeto no se conoce. Por ejemplo, en un manual de instrucciones: La ventana se cierra automáticamente, en lugar de mencionar a quién se le cierra.
En resumen, la elección entre una u otra voz depende del mensaje que se quiere transmitir y del efecto que se busca en el lector o oyente. Ambas voces tienen su lugar y su función, y dominar su uso permite una comunicación más precisa y efectiva.
Variantes y sinónimos del concepto de voz activa y pasiva
Aunque las expresiones más comunes son voz activa y voz pasiva, existen otras formas de referirse a estos conceptos. Por ejemplo:
- Construcción activa y pasiva
- Oraciones en voz activa o pasiva
- Forma activa y forma pasiva
- Estructura verbal activa o pasiva
También es común encontrar en textos académicos y manuales gramaticales términos como:
- Período activo y período pasivo
- Modo activo y modo pasivo
Estos términos son sinónimos y se refieren a la misma idea. Lo importante es reconocer que, independientemente del término que se use, se está hablando de dos formas de estructurar una oración según quién realice o reciba la acción.
El papel de la voz pasiva en la escritura académica
En la escritura académica, como en artículos científicos, tesis o investigaciones, la voz pasiva es ampliamente utilizada. Esto se debe a que permite mantener un tono impersonal, lo cual es fundamental para presentar resultados, metodologías y análisis de manera objetiva.
Por ejemplo, en un estudio de biología, se puede encontrar una oración como: El experimento fue diseñado para analizar la respuesta celular a un estímulo químico. Aquí, la voz pasiva ayuda a centrar la atención en el experimento, no en el investigador que lo diseñó.
Sin embargo, en la literatura académica moderna, también se ha promovido el uso de la voz activa cuando es posible, ya que puede hacer los textos más claros y accesibles. Por ejemplo, en lugar de escribir La hipótesis fue probada, se puede escribir El investigador probó la hipótesis, lo que resulta más directo y fluido.
El significado de la voz activa y pasiva
La voz activa y la voz pasiva son dos formas de expresar una acción dentro de una oración, dependiendo de si el sujeto actúa o recibe la acción. Su comprensión es fundamental para el estudio de la gramática y la lengua, ya que permite estructurar las oraciones de manera correcta y coherente.
En la voz activa, el sujeto es quien realiza la acción, y el verbo está conjugado de forma que refleja esa acción. Por ejemplo: La mujer escribió una carta. En este caso, la mujer es el sujeto activo, y escribió es el verbo en voz activa.
En la voz pasiva, el sujeto recibe la acción, y el verbo se estructura como un verbo auxiliar más un participio. Por ejemplo: Una carta fue escrita por la mujer. Aquí, una carta es el sujeto pasivo, y fue escrita es el verbo en voz pasiva.
El uso de una u otra voz depende del enfoque que se quiera dar a la oración. La voz activa es más directa, mientras que la pasiva permite centrarse en el objeto de la acción.
¿Cuál es el origen del concepto de voz activa y pasiva?
El concepto de voz activa y pasiva tiene sus raíces en la gramática clásica, específicamente en la gramática griega y latina. En el latín, por ejemplo, la voz pasiva se usaba con mucha frecuencia, incluso cuando el agente de la acción no se conocía. Esto era común en textos históricos o legales donde se quería mantener un tono impersonal.
Con el tiempo, este concepto fue incorporado en la gramática de otras lenguas, incluido el español. En el español, la voz pasiva se usa con menos frecuencia que en el latín, pero sigue siendo una herramienta útil en ciertos contextos, especialmente en textos formales.
La evolución de estos conceptos refleja cómo las lenguas se adaptan a las necesidades de comunicación. Hoy en día, el uso de la voz activa es más predominante en la vida cotidiana, mientras que la pasiva se mantiene en contextos académicos y técnicos.
Diferentes formas de expresar la acción en una oración
Además de la voz activa y pasiva, existen otras formas de expresar la acción en una oración. Una de ellas es la voz reflexiva, donde el sujeto realiza la acción sobre sí mismo. Por ejemplo: Él se vistió. Otra es la voz recíproca, donde los sujetos se realizan la acción mutuamente: Ellos se ayudaron.
También existe la voz impersonal, que se usa cuando no se especifica un sujeto claro. Por ejemplo: Se habla de un nuevo descubrimiento, donde se no representa un sujeto concreto, sino que introduce una acción general.
Estas voces complementan la activa y la pasiva, ofreciendo mayor flexibilidad en la construcción de oraciones. Su estudio permite una comprensión más completa de la gramática y una mayor precisión en la expresión escrita y hablada.
¿Cuándo se prefiere usar la voz activa sobre la pasiva?
La voz activa se prefiere en la mayoría de los contextos donde se busca claridad, dinamismo y proximidad. Por ejemplo, en narrativas, en discursos, o en textos periodísticos, la voz activa facilita la comprensión y mantiene el interés del lector.
Además, la voz activa es más concisa y directa. Por ejemplo, en lugar de decir El informe fue escrito por el gerente, es más claro y fluido decir El gerente escribió el informe.
Por otro lado, la voz pasiva se prefiere cuando se quiere evitar mencionar al sujeto que realiza la acción, o cuando el sujeto no es relevante. Esto es común en textos oficiales, científicos o técnicos, donde el enfoque está en los resultados o en los procesos, no en quién los ejecuta.
Cómo usar la voz pasiva y activa en la escritura
El uso adecuado de la voz pasiva y activa depende del contexto, el propósito del texto y el mensaje que se quiere transmitir. Aquí se presentan algunos consejos prácticos:
- Preferir la voz activa en textos narrativos y periodísticos para mantener un tono directo y dinámico.
- Usar la voz pasiva en textos académicos o científicos para mantener un tono impersonal y objetivo.
- Evitar el uso excesivo de la voz pasiva en textos informales, ya que puede dificultar la comprensión.
- Convertir oraciones de una voz a otra para variar el estilo y evitar la repetición de sujeto.
Ejemplos prácticos:
- Activa: El equipo desarrolló una nueva aplicación.
Pasiva: Una nueva aplicación fue desarrollada por el equipo.
- Activa: El chef cocinó un delicioso plato.
Pasiva: Un delicioso plato fue cocinado por el chef.
La clave es elegir la voz que mejor se adapte al mensaje y al estilo del texto.
Errores comunes al usar la voz pasiva
Uno de los errores más comunes al usar la voz pasiva es el uso incorrecto del verbo auxiliar. Por ejemplo, decir La carta fue escrita por el niño es correcto, pero decir La carta fue escribida por el niño también es correcto, ya que escribir tiene un participio irregular escrito y un participio regular escrito en este caso.
Otro error frecuente es no identificar correctamente el objeto directo en la oración activa, lo que puede llevar a una transformación incorrecta a la voz pasiva. Por ejemplo, en la oración El niño da un regalo, el objeto directo es un regalo, por lo que en voz pasiva sería Un regalo es dado por el niño.
También es común el uso de la voz pasiva cuando no es necesario. Por ejemplo, en lugar de decir El informe fue entregado por el asistente, sería más claro y directo decir El asistente entregó el informe.
Ventajas de dominar el uso de ambas voces
Dominar el uso de la voz activa y pasiva no solo mejora la gramática, sino también la capacidad de comunicarse de manera efectiva. Al entender cuándo usar una u otra, se evita el lenguaje redundante, se mejora la claridad y se gana en precisión.
Además, el uso adecuado de ambas voces permite adaptarse a diferentes contextos comunicativos. Desde una conversación informal hasta un discurso académico, saber alternar entre una y otra voz es una habilidad valiosa que enriquece la expresión escrita y oral.
En resumen, la voz activa y pasiva son herramientas esenciales en el estudio del lenguaje. Dominar su uso permite estructurar las oraciones de manera correcta, variar el estilo de escritura y comunicar ideas con mayor claridad y precisión.
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