La Septuaginta es una traducción hebrea de la Biblia antigua al griego, realizada en el siglo III a.C. Esta versión, clave en la historia del cristianismo y el judaísmo, es conocida por su importancia teológica, histórica y literaria. A menudo, los usuarios buscan en plataformas como Yahoo o Google preguntas como qué es la Septuaginta para comprender su origen, propósito y relevancia en el contexto religioso. En este artículo, exploraremos en profundidad qué es la Septuaginta, su historia, su estructura y por qué sigue siendo relevante hoy en día.
¿Qué es la Septuaginta?
La Septuaginta es una traducción griega del Antiguo Testamento que fue realizada por judíos en el siglo III a.C., principalmente en Alejandría, Egipto. Su nombre proviene del latín *Septuaginta*, que significa setenta, en referencia a la leyenda según la cual setenta o setenta y dos sabios tradujeron la Torá (los primeros cinco libros del Antiguo Testamento) en solo 72 días. Esta traducción permitió a los judíos helenizados leer las Escrituras en su idioma cotidiano, el griego koiné.
Además de la Torá, la Septuaginta incluye otros libros del Antiguo Testamento y textos que no aparecen en la tradición hebrea, conocidos como los Libros de la Septuaginta o Libros Apócrifos. Estos incluyen obras como Tobías, Judit, Eclesiástico, Baruc, y el libro de los Macabeos. Estos textos tuvieron una gran influencia en la formación del canon bíblico en la Iglesia Católica y Ortodoxa, aunque no son considerados canónicos por el judaísmo ni por la Iglesia Protestante.
La Septuaginta no solo fue un instrumento religioso, sino también un puente cultural entre el mundo judío y el helenístico. Su uso se extendió rápidamente entre los judíos que vivían fuera de Palestina y fue fundamental en la difusión de la religión judía en el Mediterráneo. Además, fue la base sobre la cual los primeros cristianos construyeron gran parte de su teología y enseñanza.
El legado de la Septuaginta en el cristianismo
La Septuaginta jugó un papel esencial en la formación del cristianismo, ya que fue la versión de la Biblia utilizada por los primeros seguidores de Jesús. Muchos de los textos del Nuevo Testamento citan o aluden a la Septuaginta, y su influencia se manifiesta en la teología y el lenguaje bíblico. Por ejemplo, el uso de términos como messías en griego se debe a esta traducción, que ayudó a transmitir conceptos judíos al mundo griego.
Además, la Septuaginta fue la base para muchas traducciones posteriores, incluyendo la Vulgata de San Jerónimo en el siglo IV d.C. Esta traducción latina se convirtió en el texto bíblico oficial de la Iglesia Católica durante muchos siglos. De hecho, los textos bíblicos utilizados en la liturgia y en la enseñanza católica durante la Edad Media estaban basados en la Septuaginta, no en el texto hebreo original.
La importancia de la Septuaginta no se limita al cristianismo. También fue un punto de partida para los estudios bíblicos en el mundo islámico, donde se valoraba como una fuente importante para entender el Antiguo Testamento. Hoy en día, sigue siendo objeto de estudio por teólogos, historiadores y lingüistas, quienes la analizan para comprender mejor la historia religiosa, cultural y lingüística del mundo antiguo.
La Septuaginta y la formación del canon bíblico
La Septuaginta no solo tradujo los textos judíos, sino que también tuvo un impacto en la formación del canon bíblico. Mientras que el judaísmo reconoció solo los libros que aparecen en el Tanaj (Torá, Neviim y Ketuvim), la Septuaginta incluyó varios textos adicionales que se convirtieron en parte del canon bíblico en la Iglesia Católica y Ortodoxa. Estos libros, conocidos como Apócrifos, fueron utilizados por los primeros cristianos para apoyar su teología y práctica litúrgica.
Este desacuerdo sobre el canon bíblico persistió durante siglos y fue un tema central en la Reforma Protestante del siglo XVI. Los reformadores, liderados por Martín Lutero, rechazaron los libros de la Septuaginta, considerándolos no canónicos. Sin embargo, la Iglesia Católica, en el Concilio de Trento (1545-1563), confirmó oficialmente la canonicidad de los libros incluidos en la Septuaginta.
La cuestión del canon bíblico sigue siendo relevante hoy en día, especialmente en contextos ecuménicos y académicos. La Septuaginta, por su riqueza teológica y su historia compleja, sigue siendo un tema de estudio y debate entre teólogos y estudiosos de la Biblia.
Ejemplos de uso de la Septuaginta
La Septuaginta fue utilizada de múltiples maneras a lo largo de la historia. A continuación, se presentan algunos ejemplos destacados:
- Traducción religiosa: La Septuaginta permitió a los judíos que vivían fuera de Palestina leer y comprender el Antiguo Testamento en griego. Esto fue especialmente útil para los judíos en el Imperio Romano, donde el griego era el idioma común.
- Base teológica para el cristianismo: Muchos textos del Nuevo Testamento, como el Evangelio según San Lucas y las cartas de Pablo, citan o aluden a la Septuaginta. Por ejemplo, en Hebreos 1:5, se cita el Salmo 2:7, que en la Septuaginta aparece en un formato ligeramente diferente al texto hebreo.
- Influencia en la liturgia: En la liturgia católica y ortodoxa, se utilizan textos bíblicos basados en la Septuaginta. Por ejemplo, el Salmo 22, que en el texto hebreo se refiere a un hombre en sufrimiento, en la Septuaginta se interpreta como profético del sufrimiento de Cristo.
- Fuente para estudios bíblicos: En la actualidad, los académicos utilizan la Septuaginta para comparar con el texto hebreo original y estudiar cómo se entendían ciertos conceptos en el mundo antiguo. Esto ayuda a comprender mejor el contexto histórico y cultural de la Biblia.
La Septuaginta como puente cultural
La Septuaginta no solo es una traducción religiosa, sino también un fenómeno cultural que refleja el intercambio entre civilizaciones en la antigüedad. En un mundo donde el griego era el idioma de comunicación entre las élites y las clases comerciales, la traducción del Antiguo Testamento al griego permitió la difusión del mensaje judío en todo el Mediterráneo.
Este proceso de traducción no fue una mera transcripción de palabras, sino una adaptación cultural. Los traductores tuvieron que decidir cómo expresar términos judíos en un lenguaje griego que tenía sus propias categorías teológicas. Por ejemplo, el término hebreo *YHWH* (el nombre de Dios) no se tradujo literalmente, sino que se representó con el griego *Kyrios* (Señor), lo que refleja la importancia del nombre de Dios en la tradición judía.
Además, la Septuaginta incorporó elementos de la filosofía griega en sus traducciones, lo que influyó en la manera en que los primeros cristianos entendieron la Biblia. Por ejemplo, la traducción del libro de Isaías usó términos griegos que sugerían una visión más filosófica de Dios y su relación con el mundo. Esta adaptación cultural fue clave para que el cristianismo pudiera expandirse en el mundo helenístico.
La Septuaginta y sus libros incluidos
La Septuaginta no solo tradujo los libros canónicos del Antiguo Testamento, sino que también incluyó una serie de textos que no aparecen en el canon hebreo. Estos libros, conocidos como los Libros de la Septuaginta, son considerados canónicos por la Iglesia Católica y Ortodoxa, pero no por el judaísmo ni por la mayoría de las Iglesias Protestantes. Algunos de estos textos incluyen:
- Libro de Tobías: Una historia sobre un hombre que encuentra a su esposa y combate un demonio con la ayuda de un ángel.
- Libro de Judit: Una narración sobre una mujer heroína que salva a su pueblo de un invasor.
- Libro de Eclesiástico: Un libro de sabiduría con consejos sobre la vida y la moral.
- Libro de Baruc: Un texto que incluye un discurso de Jeremías y una oración de Baruc.
- Libro de los Macabeos: Dos libros que describen la lucha de los judíos contra el Imperio Seléucida.
Estos textos, aunque no son parte del canon judío, tienen valor histórico y teológico, y ofrecen una visión más completa del Antiguo Testamento. Su inclusión en la Septuaginta refleja la riqueza cultural y religiosa del mundo judío en la antigüedad.
La Septuaginta y su influencia en la tradición cristiana
La Septuaginta fue el fundamento sobre el cual se construyó gran parte de la teología cristiana. Los primeros cristianos, muchos de los cuales eran judíos helenizados, utilizaban la Septuaginta para interpretar las Escrituras y encontrar profecías que se cumplían en Jesucristo. Por ejemplo, el libro de Isaías en la Septuaginta incluye pasajes que los cristianos interpretaron como profecías del Mesías, como el conocido Salmo 22, que habla de un hombre en sufrimiento, interpretado como una anticipación del sufrimiento de Cristo en la cruz.
Además, la Septuaginta fue la base para muchas traducciones bíblicas posteriores. La Vulgata, la traducción latina del Antiguo Testamento realizada por San Jerónimo en el siglo IV, se basó principalmente en la Septuaginta, no en el texto hebreo original. Esto tuvo una gran influencia en la liturgia y la teología católica durante la Edad Media.
La Septuaginta también influyó en la formación del Nuevo Testamento. Muchos de los textos del Nuevo Testamento, especialmente en los Evangelios y en las cartas de Pablo, citan o aluden a la Septuaginta, mostrando su importancia en la teología cristiana. Por ejemplo, en el Evangelio de Lucas, se menciona la promesa de Dios, un concepto que se desarrolla ampliamente en la Septuaginta.
¿Para qué sirve la Septuaginta?
La Septuaginta tuvo múltiples funciones a lo largo de la historia. En primer lugar, fue un instrumento religioso que permitió a los judíos leer y entender las Escrituras en griego, el idioma común del mundo antiguo. Esto fue especialmente importante para los judíos que vivían fuera de Palestina, ya que les permitió participar en la vida religiosa y cultural de su tiempo sin perder su identidad judía.
En segundo lugar, la Septuaginta fue una base teológica para el cristianismo. Los primeros cristianos utilizaron la Septuaginta para encontrar textos que respaldaran su creencia en Jesucristo como el Mesías. Por ejemplo, el libro de Isaías en la Septuaginta incluye pasajes que los cristianos interpretaron como profecías del Mesías, lo que fue fundamental para la formación de su teología.
En tercer lugar, la Septuaginta fue una herramienta para la liturgia y la enseñanza. En la liturgia católica y ortodoxa, se utilizan textos bíblicos basados en la Septuaginta. Además, fue la base para muchas traducciones bíblicas posteriores, como la Vulgata, lo que la convirtió en un texto central en la historia de la traducción bíblica.
Finalmente, la Septuaginta sigue siendo un recurzo importante para los estudios bíblicos modernos. Los académicos utilizan la Septuaginta para comparar con el texto hebreo original y estudiar cómo se entendían ciertos conceptos en el mundo antiguo. Esto ayuda a comprender mejor el contexto histórico y cultural de la Biblia.
La Septuaginta y sus variaciones
La Septuaginta no es una traducción única, sino que existen múltiples versiones y variantes, lo que refleja la complejidad del proceso de traducción y la diversidad de tradiciones judías. Algunas de las principales variaciones incluyen:
- La Septuaginta de Alejandría: Esta es la versión más antigua y completa, que incluye los libros de la Septuaginta como los conocemos hoy.
- La Septuaginta de Antioquía: Una versión más conservadora que se acerca más al texto hebreo original.
- La Septuaginta de Leningrado: Una copia manuscrita del siglo X que es una de las fuentes más importantes para la reconstrucción de la Septuaginta.
Estas variaciones reflejan diferentes interpretaciones y tradiciones judías en el mundo helenístico. Por ejemplo, algunos libros de la Septuaginta tienen textos adicionales o modificaciones que no aparecen en el texto hebreo original. Estas diferencias son importantes para los estudiosos que buscan comprender cómo se entendían ciertos conceptos bíblicos en diferentes contextos históricos.
La Septuaginta y su impacto en la historia
La Septuaginta no solo fue una traducción religiosa, sino que también tuvo un impacto profundo en la historia del mundo antiguo. En primer lugar, facilitó el diálogo entre el judaísmo y el helenismo, permitiendo que los judíos participaran en la vida cultural y política del Imperio Romano. En segundo lugar, fue un instrumento fundamental en la expansión del cristianismo, ya que proporcionó a los primeros cristianos un acceso a las Escrituras en un idioma comprensible para la mayoría de los helenizados.
Además, la Septuaginta influyó en el desarrollo de la lengua griega. Dado que se utilizó ampliamente en el mundo antiguo, ayudó a estandarizar el griego koiné, el idioma común del Imperio Romano. Esta estandarización fue importante para la difusión de la cultura griega y para la traducción de otros textos clásicos.
Finalmente, la Septuaginta fue una base para la formación de la teología cristiana. Muchos de los conceptos teológicos desarrollados por los primeros cristianos se basaron en la Septuaginta, lo que refleja su importancia en la historia del cristianismo.
El significado de la Septuaginta en la tradición judía
En la tradición judía, la Septuaginta no tiene el mismo estatus que en la tradición cristiana. Aunque fue una traducción importante en su momento, los judíos no la consideran canónica. En lugar de eso, prefieren el texto hebreo original, conocido como el Masorético, que fue estandarizado por los escribas judíos en la Edad Media.
Sin embargo, la Septuaginta sigue siendo un recurso valioso para los estudiosos judíos, especialmente para entender cómo los judíos de la diáspora entendían y vivían su religión en el mundo helenístico. Además, algunos rabinos utilizan la Septuaginta para comparar con el texto hebreo y estudiar cómo se interpretaban ciertos conceptos en diferentes contextos históricos.
En la actualidad, la Septuaginta sigue siendo un tema de estudio en las universidades judías y en los círculos académicos. Su importancia en la historia del judaísmo y del cristianismo la convierte en un texto clave para entender la interacción entre estas dos tradiciones religiosas.
¿De dónde viene el nombre Septuaginta?
El nombre Septuaginta proviene del latín y significa setenta, en referencia a la leyenda según la cual setenta o setenta y dos sabios tradujeron la Torá en 72 días. Esta leyenda se menciona en el *Letter of Aristeas*, un texto griego del siglo II a.C. que describe el proceso de traducción como un acto divino.
Según esta leyenda, los judíos de Alejandría pidieron una traducción del Antiguo Testamento al griego para poder enseñar y comprender mejor la Torá. El rey Ptolomeo II, interesado en la cultura judía, encargó la traducción a siete grupos de tres sabios cada uno, para ver si las traducciones coincidían. Al final, todas las traducciones resultaron idénticas, lo que fue interpretado como una señal de la inspiración divina.
Aunque esta leyenda es probablemente una exageración, refleja la importancia que los judíos de Alejandría atribuían a la traducción de la Torá. La idea de que la traducción fue realizada por setenta sabios en un período corto de tiempo resalta la importancia teológica y cultural de la Septuaginta.
La Septuaginta y sus variantes en el texto bíblico
La Septuaginta no solo incluye los libros del Antiguo Testamento, sino que también presenta variaciones en el texto de estos libros en comparación con el texto hebreo. Estas variaciones pueden incluir añadidos, omisiones, reordenamientos y traducciones que reflejan diferentes interpretaciones teológicas.
Por ejemplo, en el libro de Isaías, la Septuaginta incluye un pasaje sobre el sirviente sufriente que no aparece en el texto hebreo original. Este pasaje fue utilizado por los primeros cristianos para interpretar la vida y la muerte de Jesucristo como el cumplimiento de una profecía.
Otro ejemplo es el libro de los Macabeos, que no aparece en el texto hebreo, pero que fue incluido en la Septuaginta. Este libro describe la lucha de los judíos contra el Imperio Seléucida y fue importante para la formación de la identidad judía en la antigüedad.
Estas variaciones son importantes para los estudiosos que buscan comprender cómo se entendían ciertos conceptos bíblicos en el mundo antiguo. Además, ayudan a los teólogos a explorar cómo se desarrolló la teología cristiana a partir de la Septuaginta.
¿Qué importancia tiene la Septuaginta en la historia religiosa?
La importancia de la Septuaginta en la historia religiosa no puede exagerarse. Fue una herramienta fundamental para la expansión del judaísmo en el mundo helenístico y para la formación del cristianismo. Su uso por parte de los primeros cristianos le dio un estatus teológico y litúrgico que la convirtió en una base para la teología cristiana.
Además, la Septuaginta fue un puente cultural entre el judaísmo y el mundo griego, permitiendo que los judíos participaran en la vida política, cultural y religiosa del Imperio Romano. Su influencia se extendió más allá del cristianismo, influyendo en la tradición islámica y en los estudios bíblicos en el mundo moderno.
Hoy en día, la Septuaginta sigue siendo un recurso importante para los estudiosos, teólogos y académicos. Su estudio ayuda a comprender mejor la historia religiosa, cultural y lingüística del mundo antiguo. La Septuaginta no solo es una traducción, sino un testimonio del diálogo entre civilizaciones en la antigüedad.
¿Cómo se usa la Septuaginta hoy en día?
La Septuaginta sigue siendo utilizada en múltiples contextos hoy en día. En primer lugar, es una herramienta fundamental para los estudiosos bíblicos que buscan comprender cómo se entendían los textos judíos en el mundo antiguo. Al comparar la Septuaginta con el texto hebreo original, los académicos pueden identificar diferencias en la traducción que reflejan diferentes interpretaciones teológicas o culturales.
En segundo lugar, la Septuaginta sigue siendo utilizada en la liturgia de la Iglesia Ortodoxa y en ciertos rituales de la Iglesia Católica. Por ejemplo, en la liturgia ortodoxa, se utilizan textos bíblicos basados en la Septuaginta, lo que refleja su importancia en la tradición litúrgica.
En tercer lugar, la Septuaginta es un recurso importante para los estudiantes de teología y de lenguas antiguas. Muchas universidades ofrecen cursos dedicados al estudio de la Septuaginta, ya sea como traducción religiosa o como texto histórico.
Finalmente, la Septuaginta también es utilizada en la traducción de la Biblia al griego moderno. Algunas versiones modernas de la Biblia, como la *Greek New Testament*, utilizan la Septuaginta como base para la traducción del Antiguo Testamento.
La Septuaginta y su impacto en el mundo académico
La Septuaginta ha tenido un impacto significativo en el mundo académico, especialmente en los campos de la teología, la historia y la lingüística. En la teología, la Septuaginta es un recurso fundamental para comprender cómo se desarrolló la teología cristiana a partir del Antiguo Testamento. Muchos teólogos utilizan la Septuaginta para estudiar cómo los primeros cristianos entendieron las Escrituras.
En la historia, la Septuaginta es un testimonio importante del intercambio cultural entre el judaísmo y el helenismo. Su estudio permite a los historiadores comprender mejor cómo los judíos vivían en el mundo antiguo y cómo interactuaban con otras civilizaciones. Además, la Septuaginta es un texto clave para comprender la formación del cristianismo y su expansión en el Imperio Romano.
En la lingüística, la Septuaginta es una fuente valiosa para estudiar el griego koiné, el idioma común del mundo helenístico. Los lingüistas utilizan la Septuaginta para analizar cómo se utilizaba el griego en contextos religiosos y culturales, lo que ayuda a comprender mejor la evolución del idioma griego.
La Septuaginta y su legado en la modernidad
A pesar de haber sido creada en la antigüedad, la Septuaginta sigue siendo relevante en la modernidad. Su legado se manifiesta en múltiples formas: en la teología cristiana, en la liturgia, en la tradición judía y en los estudios académicos. Su importancia no se limita a su valor religioso, sino que también refleja la complejidad del proceso de traducción y la interacción entre civilizaciones en la antigüedad.
La Septuaginta también ha tenido un impacto en la formación de la identidad cultural judía y cristiana. En el caso del cristianismo, la Septuaginta fue una base para la teología y la liturgia, y sigue siendo una referencia importante en la tradición ortodoxa. En el caso del judaísmo, la Septuaginta es un testimonio de cómo los judíos interactuaron con el mundo helenístico y cómo adaptaron su religión a nuevas circunstancias.
Finalmente, la Septuaginta sigue siendo un tema de estudio en universidades y centros de investigación, tanto en el ámbito religioso como en el académico. Su estudio permite comprender mejor la historia de la traducción bíblica, la historia religiosa y el desarrollo de las civilizaciones antiguas. La Septuaginta no solo es una traducción, sino un testimonio de la riqueza cultural y religiosa del mundo antiguo.
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