La acción real, conocida en el ámbito jurídico como acción real, es un concepto fundamental dentro del derecho, especialmente en el derecho civil y procesal. Se refiere a la facultad que tiene una persona de acudir a un órgano judicial para exigir el cumplimiento de una obligación, la protección de un derecho o la reparación de un daño. En el contexto de la Academia Española, y más específicamente en la Real Academia Española (RAE), el término puede tener una acepción distinta, más ligada al lenguaje, al uso y a la evolución de la lengua. A continuación, exploraremos con detalle qué significa acción real desde diferentes perspectivas, especialmente dentro del ámbito de la lengua española.
¿Qué es la acción real?
La acción real es un derecho procesal que permite a un sujeto exigir judicialmente que se cumpla un derecho material. Es decir, no se trata del derecho en sí, sino del medio jurídico para hacer valer un derecho ya reconocido. Por ejemplo, si una persona tiene un derecho a cobrar una deuda, la acción real le permite presentar una demanda judicial para que el deudor pague.
En el derecho romano, desde donde proviene gran parte del derecho civil actual, la acción real era una forma de exigir el cumplimiento de obligaciones. En la actualidad, en sistemas jurídicos como el español, la acción real sigue siendo un pilar del derecho procesal, especialmente en materias civiles, familiares y mercantiles.
Un dato interesante es que, durante la Edad Media, en la península ibérica, el derecho romano se fue adaptando a las realidades locales, lo que dio lugar al derecho canónico y al derecho consuetudinario, donde también se reconocían formas de acción real, aunque con variaciones según las leyes locales y los reinos.
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El uso de la acción real en el derecho actual
En el derecho actual, la acción real se divide en diferentes tipos según el derecho que se quiera hacer valer. Por ejemplo, la acción de restitución, la acción de cobro, la acción de cumplimiento, entre otras. Cada una de estas acciones tiene su propio fundamento legal, su procedimiento y su finalidad específica.
En el sistema español, la acción real se fundamenta en normas del Código Civil y del Código de Procedimiento Civil. Estas normas regulan cómo se ejercita la acción, qué requisitos debe cumplir el demandante, qué plazos de prescripción aplican y cómo se resuelve la disputa. Además, la acción real no es un derecho absoluto: puede extinguirse por prescripción, renuncia, transacción o cumplimiento del derecho que se pretendía hacer valer.
Un ejemplo práctico es el de un propietario que quiere recuperar una propiedad que ha sido ocupada ilegalmente. En este caso, podría ejercer la acción real de restitución, fundamentada en el derecho de propiedad, para que el juez ordene la devolución del inmueble. Este tipo de acciones suelen ser complejas y requieren una buena asesoría jurídica.
La acción real y el derecho de acceso a la justicia
La existencia de la acción real es fundamental para garantizar el acceso a la justicia. Es el mecanismo legal mediante el cual los ciudadanos pueden defender sus derechos frente a terceros. Sin embargo, el ejercicio de la acción real no siempre es sencillo, especialmente para personas con bajos recursos económicos o que carecen de conocimientos jurídicos.
En España, existen mecanismos para facilitar el acceso a la justicia, como la asistencia jurídica gratuita, la mediación extrajudicial o los servicios de abogacía de oficio. Estos recursos permiten que incluso las personas más vulnerables puedan ejercer su acción real sin enfrentar barreras económicas o burocráticas.
Ejemplos de acción real en la práctica jurídica
Para comprender mejor cómo se aplica la acción real, es útil analizar algunos ejemplos prácticos:
- Acción de cobro: Se ejerce cuando una persona quiere que se le pague una deuda. Por ejemplo, un trabajador que no ha recibido su salario puede presentar una acción de cobro contra su empleador.
- Acción de restitución: Se usa para recuperar un bien que ha sido ocupado o robado. Por ejemplo, un inquilino que quiere recuperar su vivienda tras el fin del contrato de arrendamiento.
- Acción de cumplimiento: Se ejerce cuando una parte no cumple con una obligación contractual. Por ejemplo, un proveedor que no entrega un producto según lo acordado.
- Acción de anulación: Se utiliza para anular un acto jurídico nulo o anulable. Por ejemplo, una venta realizada bajo engaño.
Cada una de estas acciones tiene su propio fundamento legal, requisitos y procedimiento. Además, en la práctica, los abogados suelen combinar diferentes tipos de acciones para lograr el mejor resultado posible para sus clientes.
El concepto de acción real en el derecho procesal
En el derecho procesal, la acción real no es un derecho en sí mismo, sino una facultad del titular de un derecho material para exigir su cumplimiento. Es decir, no basta con tener un derecho reconocido: también se debe tener la facultad de hacerlo valer ante un juez.
Esta distinción es importante porque, en ocasiones, una persona puede tener un derecho reconocido pero no tener la acción real necesaria para hacerlo valer. Por ejemplo, si una persona posee un bien inmueble pero no tiene título de propiedad, puede tener un derecho de posesión, pero no necesariamente una acción real de propiedad.
El derecho procesal español establece claramente los tipos de acción real, los plazos de prescripción y las condiciones para su ejercicio. Además, regula cómo se ejercen las acciones reales a través de los diferentes procedimientos judiciales, como el ordinario, el especial o el de ejecución.
Tipos de acciones reales en el derecho español
Existen varios tipos de acciones reales, cada una con su propio fundamento, objeto y finalidad. Algunas de las más comunes en el derecho español son:
- Acción de restitución: Permite exigir la devolución de un bien que ha sido ocupado ilegalmente.
- Acción de cobro: Se ejerce para obtener el pago de una deuda.
- Acción de cumplimiento: Se utiliza cuando una parte no cumple con una obligación contractual.
- Acción de anulación: Se presenta para anular un acto jurídico nulo o anulable.
- Acción de responsabilidad civil: Se ejerce para obtener una indemnización por daños causados.
- Acción de propiedad: Permite defender el derecho de propiedad frente a terceros.
- Acción de posesión: Se ejerce para proteger el derecho a poseer un bien, incluso sin propiedad.
Cada una de estas acciones tiene su propio régimen jurídico, su propio procedimiento y su propio plazo de prescripción. Además, en la práctica, los abogados suelen combinar diferentes acciones para lograr el mejor resultado posible para sus clientes.
La acción real y la seguridad jurídica
La acción real es un elemento clave para garantizar la seguridad jurídica. Permite a los ciudadanos contar con un mecanismo legal para defender sus derechos y resolver conflictos de manera formal. Sin embargo, también es importante que el ejercicio de la acción real no se convierta en un medio de abuso o de dilación procesal.
En este sentido, el derecho procesal español establece límites al ejercicio de la acción real. Por ejemplo, los plazos de prescripción limitan el tiempo en el que se puede ejercer una acción. Además, los principios de buena fe y de finalidad del proceso exigen que las acciones reales se ejerzan de manera responsable y con el objetivo legítimo de resolver el conflicto.
Un aspecto importante es que, en ciertos casos, el ejercicio de una acción real puede ser considerado una violación del derecho de defensa del demandado. Por ejemplo, si se presenta una demanda con el único objetivo de perjudicar a una parte, podría considerarse una acción abusiva.
¿Para qué sirve la acción real?
La acción real sirve para hacer valer un derecho material ante un órgano judicial. Es decir, no es el derecho en sí mismo, sino el medio jurídico para exigir su cumplimiento. Su finalidad es resolver conflictos entre partes mediante un procedimiento legal, evitando el uso de la violencia o la fuerza privada.
Por ejemplo, si una persona compra una vivienda y el vendedor no la entrega, puede ejercer la acción real de cumplimiento para que el vendedor cumpla con su obligación. Si el vendedor no responde, el comprador puede acudir a los tribunales y solicitar una sentencia favorable.
Además, la acción real también permite obtener una indemnización por daños y perjuicios en caso de que se haya incurrido en una infracción contractual o en un delito. Por ejemplo, si una persona sufre un accidente debido a la negligencia de otra, puede ejercer la acción real de responsabilidad civil para obtener una indemnización.
Diferencias entre acción real y acción personal
Es importante no confundir la acción real con la acción personal. Mientras que la acción real se ejerce para exigir el cumplimiento de un derecho material (como la propiedad o la posesión), la acción personal se ejerce para exigir el cumplimiento de una obligación contractual o personal.
Por ejemplo, si una persona debe pagar una deuda, el acreedor puede ejercer una acción personal de cobro. Sin embargo, si el deudor no paga y el acreedor tiene un bien embargable, también puede ejercer una acción real para embargar ese bien.
En el derecho español, estas dos acciones pueden coexistir y, en algunos casos, se complementan. Por ejemplo, una acción personal de cobro puede ser respaldada por una acción real de embargo de bienes.
La acción real en el derecho civil y mercantil
En el derecho civil, la acción real se utiliza para proteger derechos de propiedad, de posesión, de contrato y de responsabilidad civil. Por ejemplo, un propietario puede ejercer una acción real para que se le devuelva su vivienda, o un consumidor puede ejercer una acción real para anular una compra fraudulenta.
En el derecho mercantil, la acción real se aplica con frecuencia en materias como el crédito, el arrendamiento y el transporte. Por ejemplo, un banco que concede un préstamo puede ejercer una acción real para embargar los bienes del deudor en caso de impago. También puede ejercer una acción real de cumplimiento para que el deudor pague según lo acordado.
En ambos campos, la acción real es un mecanismo esencial para garantizar el cumplimiento de obligaciones y resolver conflictos de manera legal y eficiente.
El significado de la acción real en el derecho
La acción real es un concepto jurídico que se refiere a la facultad de exigir judicialmente el cumplimiento de un derecho material. Es decir, no es el derecho en sí mismo, sino el medio legal para hacerlo valer. Esta distinción es fundamental para entender cómo funciona el derecho procesal.
En el derecho procesal español, la acción real se fundamenta en normas del Código Civil y del Código de Procedimiento Civil. Estas normas regulan cómo se ejercen las acciones reales, qué requisitos deben cumplirse y qué plazos de prescripción aplican. Además, establecen los diferentes tipos de acciones reales según la naturaleza del derecho que se quiera hacer valer.
Un ejemplo práctico es el de un propietario que quiere recuperar una propiedad ocupada ilegalmente. En este caso, puede ejercer la acción real de restitución, fundamentada en el derecho de propiedad. Si el ocupante no responde, el propietario puede acudir a los tribunales para obtener una sentencia favorable.
¿De dónde proviene el concepto de acción real?
El concepto de acción real tiene sus raíces en el derecho romano, donde se conocía como *actio in rem*. En el derecho romano, la acción in rem se ejercía para exigir el cumplimiento de un derecho material, como la propiedad o la posesión. Este concepto fue heredado por el derecho feudal y posteriormente por el derecho moderno.
En la península ibérica, durante la Edad Media, el derecho romano se fue adaptando a las realidades locales, lo que dio lugar al derecho canónico y al derecho consuetudinario. En estos sistemas también se reconocían formas de acción real, aunque con variaciones según las leyes locales y los reinos.
En la actualidad, el derecho español ha evolucionado para incluir diferentes tipos de acciones reales, reguladas por el Código de Procedimiento Civil. Esta evolución ha permitido que la acción real se adapte a las necesidades cambiantes de la sociedad y a las nuevas formas de conflicto.
Variantes de la acción real en el derecho procesal
En el derecho procesal español, existen varias variantes de la acción real, según el tipo de derecho que se quiera hacer valer. Algunas de las más comunes son:
- Acción de restitución: Para exigir la devolución de un bien ocupado ilegalmente.
- Acción de cobro: Para obtener el pago de una deuda.
- Acción de cumplimiento: Para exigir que una parte cumpla con una obligación contractual.
- Acción de anulación: Para anular un acto jurídico nulo o anulable.
- Acción de responsabilidad civil: Para obtener una indemnización por daños causados.
- Acción de posesión: Para proteger el derecho a poseer un bien, incluso sin propiedad.
Cada una de estas acciones tiene su propio régimen jurídico, su propio procedimiento y su propio plazo de prescripción. Además, en la práctica, los abogados suelen combinar diferentes acciones para lograr el mejor resultado posible para sus clientes.
¿Cómo se ejerce la acción real?
El ejercicio de la acción real se lleva a cabo mediante una demanda judicial, presentada ante el juzgado competente. En esta demanda, el demandante debe acreditar que tiene un derecho material que ha sido vulnerado y que tiene la facultad de hacerlo valer.
Una vez presentada la demanda, el juzgado notifica al demandado y fija una fecha para la vista. Durante el proceso, ambas partes presentan pruebas, testimonios y argumentos para sustentar sus posiciones. Si el juez decide a favor del demandante, emite una sentencia que obliga al demandado a cumplir con la obligación exigida.
Es importante tener en cuenta que el ejercicio de la acción real no es un derecho absoluto. Puede extinguirse por prescripción, renuncia, transacción o cumplimiento del derecho que se pretendía hacer valer. Además, el ejercicio de la acción real debe hacerse con responsabilidad y en buena fe, para evitar el abuso procesal.
Cómo usar la acción real y ejemplos de uso
Para ejercer la acción real, es necesario:
- Identificar el derecho que se quiere hacer valer: Es fundamental acreditar que se tiene un derecho material reconocido por el ordenamiento jurídico.
- Seleccionar el tipo de acción real adecuado: Depende del derecho que se quiera hacer valer.
- Presentar una demanda judicial: La demanda debe incluir el nombre de las partes, el fondo del asunto, los hechos y las pruebas.
- Comparecer ante el juzgado: El demandante y el demandado deben comparecer ante el juzgado para presentar sus argumentos.
- Obtener una sentencia favorable: Si el juzgado decide a favor del demandante, se emite una sentencia que obliga al demandado a cumplir con la obligación exigida.
Un ejemplo práctico es el de un propietario que quiere recuperar su vivienda ocupada ilegalmente. En este caso, puede ejercer la acción real de restitución, fundamentada en el derecho de propiedad. Si el ocupante no responde, el propietario puede acudir a los tribunales para obtener una sentencia favorable.
La acción real en contextos no jurídicos
Aunque el término acción real es fundamental en el derecho procesal, también puede usarse en contextos no jurídicos. Por ejemplo, en el ámbito de la filosofía o de la ética, se puede hablar de acción real como una acción que tiene un impacto concreto en el mundo físico, en contraste con una acción mental o abstracta.
En el ámbito de la educación, el concepto de acción real se puede aplicar a las actividades prácticas que los estudiantes realizan para aplicar lo aprendido. Por ejemplo, una acción real en una clase de biología puede ser la realización de un experimento para comprobar una teoría.
En la filosofía política, también se habla de acción real para referirse a decisiones que tienen un efecto tangible en la sociedad. Por ejemplo, una acción real podría ser la aprobación de una ley que cambia las condiciones laborales de los trabajadores.
La acción real como herramienta de justicia social
La acción real es una herramienta fundamental para la justicia social, ya que permite a las personas defender sus derechos frente a poderes más fuertes. Por ejemplo, en casos de abusos laborales, acoso, o explotación, la acción real puede ser el único medio legal para obtener reparación.
En España, existen programas y organizaciones que ayudan a las personas más vulnerables a ejercer su acción real. Por ejemplo, las asociaciones de consumidores, las organizaciones de apoyo a los trabajadores o las entidades de asistencia jurídica gratuita ofrecen apoyo legal para el ejercicio de la acción real.
La acción real también es importante en el contexto de la justicia ambiental. Por ejemplo, una comunidad que sufre los efectos negativos de una fábrica contaminante puede ejercer una acción real para exigir que se cumplan las normas ambientales.
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