Que es la varicela segun la oms

Que es la varicela segun la oms

La varicela es una enfermedad infecciosa causada por el virus del varicela-zóster (VZV), conocida también como sarampión alemán. Es una afección común en la infancia, aunque puede afectar a personas de todas las edades. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la varicela es altamente contagiosa y se transmite con facilidad entre personas no inmunizadas. En este artículo exploraremos a fondo qué es la varicela según la OMS, su evolución histórica, síntomas, formas de transmisión, prevención y otros aspectos clave para entender su impacto a nivel global.

¿Qué es la varicela según la OMS?

La Organización Mundial de la Salud define la varicela como una enfermedad aguda causada por el virus del varicela-zóster, que pertenece a la familia *Herpesviridae*. Esta enfermedad se caracteriza por la presencia de una exantema eruptivo, es decir, una erupción cutánea con vesículas (burbujas) que pueden causar picazón y, en algunos casos, complicaciones más serias. La OMS señala que la varicela es una enfermedad de transmisión aérea, lo que significa que se propaga principalmente por el contacto con las gotículas respiratorias de una persona infectada.

La varicela ha sido conocida durante siglos, pero fue en el siglo XX cuando se identificó el virus responsable. En 1919, el médico alemán August von Wassermann fue uno de los primeros en aislar el virus, lo que marcó un hito importante para el estudio de esta enfermedad. A lo largo de los años, la OMS ha trabajado en conjunto con instituciones de salud pública para promover vacunaciones y políticas de prevención en todo el mundo.

Además de ser altamente contagiosa, la varicela puede causar complicaciones, especialmente en adultos, embarazadas y personas con sistemas inmunológicos debilitados. Entre las complicaciones más frecuentes se encuentran infecciones secundarias de la piel, neumonía y encefalitis. Por esta razón, la OMS considera fundamental la implementación de programas de vacunación para reducir la incidencia de la enfermedad.

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La importancia de la varicela en la salud pública

La varicela no solo es una enfermedad infantil común, sino que también representa un desafío significativo para los sistemas de salud en muchos países. Según la OMS, antes de la introducción de la vacuna contra la varicela, millones de personas se infectaban anualmente, con miles de hospitalizaciones y cientos de muertes atribuibles a complicaciones severas. La enfermedad tiene un impacto particular en las comunidades con acceso limitado a la vacunación y a servicios de salud.

En términos globales, la OMS ha integrado la varicela en su agenda de prevención y control de enfermedades infecciosas. La vacunación es el arma más efectiva para combatirla. Países que han implementado programas de vacunación universal han visto una disminución drástica en la incidencia de la enfermedad. Por ejemplo, en Estados Unidos, desde que se introdujo la vacuna en 1995, los casos de varicela se redujeron en más del 90%.

El enfoque de la OMS también incluye la promoción de la educación pública sobre los síntomas de la varicela, su transmisión y las medidas preventivas. Esta información es clave para que las personas conozcan cuándo buscar atención médica, especialmente si los síntomas son inusuales o si hay riesgo de complicaciones.

La varicela y su relación con el zóster

Uno de los aspectos menos conocidos de la varicela es su relación con otra enfermedad: el herpes zóster. Según la OMS, el virus del varicela-zóster puede permanecer en el cuerpo en forma latente después de una infección inicial, y en ciertas condiciones, como el envejecimiento o una disminución del sistema inmunológico, puede reactivarse, causando el herpes zóster. Esta reactivación se manifiesta con un dolor intenso y una erupción cutánea localizada, típicamente en una banda o región del cuerpo.

La vacunación contra la varicela no solo previene la enfermedad, sino que también reduce el riesgo de desarrollar el herpes zóster en el futuro. La OMS ha reconocido esta conexión y promueve la vacunación tanto en niños como en adultos mayores para prevenir ambas condiciones. Además, existe una vacuna específica contra el herpes zóster que se recomienda para personas mayores de 50 años en muchos países.

Ejemplos de casos y síntomas de la varicela

Los síntomas de la varicela son bastante característicos y suelen comenzar con fiebre, malestar general y pérdida de apetito. A los pocos días aparece la erupción cutánea, que evoluciona desde puntos rojos hasta vesículas llenas de líquido. Estas vesículas pueden causar picazón intensa y, en algunos casos, se rompen y forman costras. El periodo de incubación promedio es de 10 a 21 días, y la enfermedad es contagiosa desde unos días antes de la aparición de los síntomas hasta que todas las lesiones se hayan cubierto con costras.

Un ejemplo típico es el de un niño de 5 años que asiste a la escuela. Tras estar en contacto con un compañero que tiene varicela, el niño comienza a presentar síntomas en cuestión de días. La madre lo lleva al médico, quien confirma la infección y aconseja el aislamiento para evitar contagiar a otros niños. En este caso, el niño se recupera en unos 7 a 10 días, pero la experiencia resalta la importancia de la vigilancia y el manejo adecuado de la enfermedad.

Otro ejemplo es el de un adulto que no ha tenido varicela ni ha sido vacunado. Al infectarse, puede presentar síntomas más graves, como fiebre elevada y dolor muscular. En este caso, la OMS recomienda una atención médica más estrecha para prevenir complicaciones. Estos ejemplos ilustran la variedad de formas en que puede manifestarse la varicela, dependiendo de la edad y el estado inmunológico del paciente.

El concepto de vacunación universal contra la varicela

La vacunación universal contra la varicela es un concepto clave en la estrategia de la OMS para erradicar o al menos reducir significativamente la enfermedad. La vacuna contra la varicela se incluye en muchos programas nacionales de inmunización, especialmente en los países con recursos suficientes. En estas naciones, la vacunación se administra generalmente en dos dosis, con la primera a los 12 a 15 meses de edad y la segunda entre los 4 y 6 años.

En los países de ingresos bajos, la implementación de la vacuna contra la varicela enfrenta desafíos financieros y logísticos. Sin embargo, la OMS, junto con organismos como el Fondo Mundial y GAVI, ha trabajado para expandir el acceso a esta vacuna. Los resultados son prometedores: en los países donde se ha implementado la vacunación universal, se ha observado una disminución en la morbilidad y mortalidad por varicela.

El concepto de vacunación universal también incluye la vacunación de adultos no inmunizados, especialmente de aquellas personas que están en riesgo, como trabajadores de la salud, profesores y cuidadores de niños. La OMS considera que una cobertura vacunal elevada es fundamental para lograr la inmunidad de rebaño y proteger a las personas que no pueden ser vacunadas por cuestiones médicas.

Recopilación de datos globales sobre la varicela

La varicela sigue siendo un problema de salud pública en muchas partes del mundo. Según datos de la OMS, antes de la introducción de la vacuna, se estimaba que cada año se producían más de 400 millones de casos de varicela en todo el mundo. Además, se calculaba que alrededor de 4 millones de personas se hospitalizaban anualmente debido a complicaciones relacionadas con la enfermedad.

En la actualidad, gracias a los programas de vacunación, la incidencia ha disminuido en muchos países. Por ejemplo, en Europa, donde la vacunación contra la varicela se ha implementado en la mayoría de los estados miembros, el número de casos ha bajado considerablemente. En América Latina, el avance también es notable, aunque aún existen desigualdades entre países.

La OMS mantiene un registro de la situación epidemiológica de la varicela y publica informes periódicos con datos actualizados. Estos informes son esenciales para que los gobiernos y las organizaciones internacionales puedan tomar decisiones informadas sobre la asignación de recursos y la implementación de nuevas estrategias de prevención.

La varicela en la infancia y su impacto en la educación

La varicela es una enfermedad que afecta con mayor frecuencia a los niños, especialmente en edades escolares. Esto tiene un impacto directo en la educación, ya que los niños infectados deben permanecer en aislamiento hasta que todas las lesiones estén cubiertas de costras, lo que puede durar entre 7 y 10 días. Durante este periodo, los niños no pueden asistir a la escuela, lo que puede provocar retrasos en su aprendizaje y dificultades para seguir el ritmo de sus compañeros.

Además del impacto académico, la varicela también puede generar estrés emocional en los niños, especialmente si su enfermedad les impide participar en actividades escolares y sociales. En algunos casos, los niños pueden sentirse solos o incomprendidos, lo que puede afectar su bienestar psicológico. Por esta razón, es importante que los padres y maestros estén atentos a las necesidades emocionales de los niños durante este periodo.

La OMS ha reconocido estos efectos indirectos de la enfermedad y ha trabajado con instituciones educativas para promover la vacunación y la concienciación sobre la importancia de la prevención. Al vacunar a los niños, no solo se reduce la incidencia de la enfermedad, sino que también se mejora la continuidad educativa y el bienestar general de los estudiantes.

¿Para qué sirve la vacunación contra la varicela?

La vacunación contra la varicela sirve principalmente para prevenir la infección por el virus del varicela-zóster, reduciendo así el riesgo de desarrollar la enfermedad. Además de evitar la infección, la vacuna también disminuye la gravedad de los síntomas en caso de que una persona vacunada se contagie, lo que se conoce como varicela atenuada.

Otra función importante de la vacunación es prevenir el herpes zóster, que, como mencionamos anteriormente, es una reactivación del virus del varicela-zóster. La vacunación reduce significativamente la probabilidad de que una persona desarrolla esta complicación más tarde en la vida. Además, la vacuna también disminuye la posibilidad de que una persona infectada contagie a otras, especialmente a bebés y adultos mayores, que son grupos de riesgo.

Por último, la vacunación contra la varicela contribuye a la inmunidad de rebaño, lo que significa que, al vacunar a una gran parte de la población, se protege a las personas que no pueden ser vacunadas, como los bebés y las personas con enfermedades inmunodepresoras. Esta estrategia es fundamental para reducir la transmisión del virus y proteger a la comunidad en su conjunto.

Variantes y sinónimos de la varicela

La varicela es conocida por diferentes nombres en distintas regiones del mundo. En algunos países, se le llama *sarampión alemán*, mientras que en otros se le conoce como *chiclé* o *chiclet*. A pesar de estos nombres populares, el término científico es varicela, y el virus responsable es el varicela-zóster (VZV).

En la medicina, también se utilizan otros términos para referirse a la enfermedad, como varicela aguda o infección primaria por VZV. Además, hay variantes de la enfermedad, como la varicela atípica, que se presenta con síntomas más leves, y la varicela grave, que puede ocurrir en personas con inmunidad comprometida.

Estos términos son importantes para que médicos y profesionales de la salud puedan comunicarse de manera clara y precisa. La OMS también los utiliza en sus publicaciones para mantener la coherencia en la documentación científica y en las recomendaciones sanitarias.

La varicela y su papel en la historia de la medicina

La varicela ha sido objeto de estudio desde hace siglos, pero fue en el siglo XX cuando se hizo un avance significativo en su comprensión y manejo. En 1919, el médico alemán August von Wassermann fue uno de los primeros en aislar el virus del varicela-zóster, lo que permitió identificar el agente causal de la enfermedad. Sin embargo, no fue hasta la década de 1970 que se desarrolló la primera vacuna contra la varicela.

La historia de la varicela también está ligada al desarrollo de la vacuna. En 1974, el médico japonés Takahashi Tomofusa desarrolló una vacuna atenuada que demostró ser segura y efectiva. Esta vacuna se introdujo en Japón y, posteriormente, en otros países. En Estados Unidos, la vacuna se comenzó a utilizar en 1995, y desde entonces se ha convertido en una herramienta fundamental para prevenir la enfermedad.

El papel de la varicela en la historia de la medicina no solo se limita a su estudio y prevención, sino también a su impacto en la salud pública. Gracias a la vacunación, se han evitado millones de casos y cientos de miles de hospitalizaciones y muertes.

El significado de la varicela según la OMS

Según la Organización Mundial de la Salud, la varicela es una enfermedad viral altamente contagiosa que afecta a millones de personas en todo el mundo. Su significado radica en el impacto que tiene en la salud pública, especialmente en los países con acceso limitado a la vacunación. La OMS considera que la varicela es una enfermedad que puede ser prevenida con una vacuna segura y eficaz, lo que la convierte en una prioridad para los programas de inmunización a nivel global.

El significado de la varicela también se relaciona con su capacidad para causar complicaciones graves en ciertos grupos de personas, como adultos mayores, embarazadas y personas con sistemas inmunológicos debilitados. Estas complicaciones pueden incluir neumonía, encefalitis y infecciones secundarias, que pueden ser mortales en algunos casos. Por esta razón, la OMS recomienda que todos los grupos de riesgo sean identificados y protegidos a través de la vacunación y la educación pública.

Además, la varicela tiene un impacto social y económico importante. En muchos países, la enfermedad genera costos elevados para los sistemas de salud, además de afectar la productividad laboral y la educación. Por todo esto, la OMS considera fundamental la implementación de políticas de prevención y control para reducir al máximo el impacto de la enfermedad.

¿Cuál es el origen de la palabra varicela?

El término varicela proviene del latín *varicella*, que a su vez se deriva de *varix*, que significa burbuja o vesícula. Este término se utilizaba en la antigua medicina para describir lesiones cutáneas similares a las que presenta la varicela. El uso del término varicela para referirse a la enfermedad se popularizó en el siglo XIX, cuando los médicos comenzaron a estudiarla con mayor detalle.

El nombre de la enfermedad también refleja una característica fundamental de su presentación clínica: la erupción cutánea con vesículas que la distingue. Esta característica la hace diferente de otras enfermedades con síntomas similares, como el sarampión o la rubéola. La OMS ha mantenido el uso del término varicela en sus publicaciones y recomendaciones, lo que ha contribuido a su uso universal en la comunidad médica.

El origen del nombre también es relevante desde el punto de vista histórico, ya que muestra cómo la medicina ha evolucionado para describir y clasificar las enfermedades. En la actualidad, el término varicela es reconocido como el nombre científico de la enfermedad, mientras que otros términos populares o regionales se utilizan en el lenguaje cotidiano.

Diferentes formas de llamar a la varicela

Además del nombre científico varicela, esta enfermedad tiene varios sinónimos y nombres populares en diferentes regiones del mundo. En muchos países de América Latina, se le conoce como sarampión alemán, un nombre que se atribuye a su supuesta procedencia europea. En otros lugares, se le llama chiclé, chiclet o varicela infantil, refiriéndose a su frecuencia en los niños.

Estos términos pueden variar según el contexto cultural y lingüístico. Por ejemplo, en algunos países del Caribe, se le conoce como burbuja, en alusión a las vesículas que caracterizan la erupción cutánea. En Europa, también se utiliza el término varicelle en francés, varicella en italiano y varicela en portugués, manteniendo una cierta coherencia con el nombre científico.

Estos sinónimos son útiles para que las personas puedan identificar la enfermedad en su entorno, pero también pueden generar confusión, especialmente si se utilizan términos que se parecen a otros virus. Por esta razón, la OMS recomienda el uso del nombre científico varicela en los contextos médicos y científicos para evitar ambigüedades.

¿Cómo se transmite la varicela según la OMS?

La varicela es una enfermedad de transmisión aérea, lo que significa que se propaga principalmente a través de las gotículas respiratorias expulsadas por una persona infectada. Esto ocurre cuando una persona tose o estornuda, liberando partículas del virus al aire, que otras personas pueden inhalar. Además, la enfermedad también se transmite por el contacto directo con las vesículas de la piel de una persona infectada.

Según la OMS, la varicela es altamente contagiosa, especialmente en los primeros días de la erupción, cuando las vesículas aún están llenas de líquido. La persona infectada puede contagiar a otras incluso antes de que aparezcan los síntomas, lo que dificulta el control de la enfermedad. Por esta razón, la OMS recomienda el aislamiento de las personas infectadas hasta que todas las lesiones estén cubiertas con costras.

Además de las personas infectadas, los adultos que han tenido varicela pueden transmitir el virus al reactivarse como herpes zóster, aunque en este caso la transmisión es menos común. La OMS considera que la vacunación es el mejor método para prevenir la transmisión y reducir el impacto de la enfermedad en la comunidad.

Cómo usar la palabra varicela y ejemplos de uso

La palabra varicela se utiliza principalmente en el lenguaje médico y en el ámbito de la salud pública. Un ejemplo de uso podría ser: El niño fue diagnosticado con varicela y debe permanecer en aislamiento en casa hasta que todas las lesiones estén cubiertas con costras. En este caso, la palabra se utiliza para describir la enfermedad que padece el paciente.

Otro ejemplo podría ser: La OMS recomienda la vacunación contra la varicela para prevenir su transmisión y reducir el riesgo de complicaciones. Aquí, la palabra se utiliza en el contexto de las recomendaciones sanitarias. También es común encontrarla en artículos de divulgación científica o en guías de salud pública.

En el lenguaje cotidiano, la palabra varicela también puede usarse de forma coloquial, como en la frase: Mi hermano tiene varicela, así que no puede venir a la fiesta. En este caso, se utiliza de manera informal para referirse a la enfermedad. En resumen, la palabra varicela tiene un uso amplio y variado, dependiendo del contexto en el que se emplee.

La varicela y su impacto en la salud materna y fetal

La varicela durante el embarazo es un tema de gran preocupación para la OMS, ya que puede tener consecuencias graves tanto para la madre como para el bebé. Si una mujer infectada con varicela durante el embarazo no ha tenido contacto previo con el virus ni ha sido vacunada, existe un riesgo de que el virus se transmita al feto. Esto puede provocar la síndrome de varicela congénita, que puede causar malformaciones, retraso del crecimiento intrauterino y, en casos graves, aborto espontáneo o muerte fetal.

Además de los riesgos para el bebé, la varicela durante el embarazo también puede causar complicaciones en la madre, especialmente en el tercer trimestre. La infección puede provocar neumonía, una complicación que puede ser grave o incluso mortal. Por esta razón, la OMS recomienda que las mujeres embarazadas que no son inmunes a la varicela se vacunen antes de quedar embarazadas, y que se administre el inmunoglobulina antiviral si hay exposición al virus durante el embarazo.

La OMS también destaca la importancia de la vacunación en las mujeres en edad fértil que no son inmunes, ya que esto no solo protege a ellas mismas, sino también a sus futuros hijos. La vacunación debe realizarse al menos un mes antes del embarazo para garantizar una protección adecuada. Estos aspectos reflejan el compromiso de la OMS con la salud materna y fetal en el contexto de la prevención de la varicela.

La varicela y su futuro en la era de la vacunación

El futuro de la varicela está estrechamente ligado al avance de la vacunación y a los esfuerzos globales por erradicar o al menos controlar la enfermedad. Según la OMS, con la ampliación de los programas de vacunación universal, es posible reducir significativamente la incidencia de la enfermedad y sus complicaciones. Sin embargo, aún queda mucho por hacer, especialmente en los países con recursos limitados, donde el acceso a la vacuna sigue siendo un desafío.

Además de la vacunación, la OMS también está trabajando en la investigación de nuevas estrategias para combatir la varicela. Esto incluye el desarrollo de vacunas más eficaces, programas de educación pública para prevenir el contagio y el monitoreo epidemiológico para detectar brotes y evaluar la eficacia de las intervenciones. La OMS también colabora con gobiernos y organizaciones internacionales para garantizar que la vacuna llegue a todas las personas que la necesitan.

En conclusión, la varicela sigue siendo una enfermedad importante en la salud pública, pero con el compromiso de la OMS y la cooperación internacional, es posible que en el futuro se logre una reducción drástica de su impacto. La vacunación, la educación y la investigación continuarán siendo pilares fundamentales en esta lucha.